jueves, 13 de noviembre de 2014

Reporte de lectura semana trece

El termino de medicina psicosomática ya está en desuso, pero bien vino a traer la unión nuevamente del cuerpo y la mente en un solo individuo, las cuales se complementan y no podrían existir independientes la una de la otra ¿y entonces por qué tratarlas por separado? ya se ha contesta la pregunta en diferentes modos en temas anteriores simplemente la medicina psicosomática recopila todo lo anterior y lo utiliza para el logro de su adjetivo que es:  observar, describir, y formular hipótesis que expliquen la relación entre los estados, procesos y eventos psicológicos y biológicos que ocurren en cada persona.

Se considera totalmente una enfermedad psicosomática a aquella afección la cual consta de síntomas que no pueden ser explicados por una enfermedad somática formalmente. Este tipo de enfermedades se tienen que tratar iniciando con la mente para que paulatinamente los síntomas vayan disminuyendo, pero sin duda todas la enfermedades tienen un componente distinto al biológico.

Quizá deberíamos agradecer por nuevamente establecer como un todo al ser humano a Heinroth, que se cree fue el primero en utilizar el término psicosomático, bueno en nuestro tiempo se ha llevado por dos caminos el estudio de esta medicina por un lado el enfoque psicofisiológico el por medio de varias personas establece, las respuestas condicionadas del cuerpo, su intento incesante de lograr el equilibrio en respuesta a estímulos externos de cualquier índole, e incluso la teoría del estrés la cual dice que el estrés es un característica de un individuo porque representa la mayor vulnerabilidad de uno de sus órganos.

El estrés psicosocial ahora es un factor muy importante al relacionarse como una de las cusas predisponentes para desarrollar muchas enfermedades, este tipo de estrés se refiere a las situaciones sociales y estados psicológicos tales como: conflictos, frustraciones, pérdidas o amenazas que pueden activar emociones y producir cambios fisiológicos, pero los efectos que esto tenga con la salud va ir determinado por la capacidad de la persona para contender con la situación estresante y del apoyo social con el que cuente.

Para que un estímulo sea visto por una persona como estresante, necesita ser expresado como un posible daño o amenaza grave a su bienestar. 

El médico visto como la persona que calmara nuestro dolor, desvanecerá nuestra angustia, aunque el dolor nos pueda parecer malo, no lo es del todo es un mecanismo que los alerta si algo anda mal y por lo tanto nos permite establecer un diagnóstico, y es posible que exista dolor y no haya nada biológico, es por eso que debemos comprender el dolor tomando en cuenta su sentido biológico, sus bases fisiológicas, aspectos conductuales explícitos. Pero principalmente es necesario tomar en cuenta la experiencia subjetiva y tener en cuenta el posible sufrimiento de nuestros pacientes.

El dolor se puede aliviar con métodos desde la hipnosis y sugestión hasta la concentración espiritual, la disciplina y el autodominio; estos últimos obedecen aun mismo principio la restricción de la conciencia y la experimentación de sucesos nuevos. 

El paciente que sufre dolor recibe atención y simpatía que refuerzan su conducta y ésta puede ser central en su vida. Una estrategia terapéutica es usar el mismo condicionamiento operante para remodelar la conducta del paciente mediante el reforzamiento de la conducta incompatible con el dolor y el no reforzamiento de la conducta que lo fomenta.


El condicionamiento operante es un tipo de aprendizaje asociativo que tiene que ver con el desarrollo de nuevas conductas en función de sus consecuencias, y no con la asociación entre estímulos y conductas como ocurre en el condicionamiento clásico.


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