lunes, 11 de agosto de 2014

Reporte de lectura semana uno

La psicología médica aporta herramientas importantes, sobre todo en la atención primaria de la salud. Al ser una rama de la psicología aplicada rescata valores que en algún momento se perdieron, como la compresión del estado psicológico del paciente, teniendo bases humanas y biológicas, proponiendo tomar en cuenta circunstancias psicosociales cotidianas que puedan afectarlos, ayudándolos obteniendo su confianza mediante una buena atención, consejo y sin ignorar que posiblemente necesiten apoyo psicológico como parte de un tratamiento que se ajuste a sus verdaderas necesidades. Aportando al médico un panorama amplio sobre las causas y formas en las que se produce un padecimiento y una herramienta para proporcionar alivio y transmitir seguridad. 
Estamos en un mundo cambiante, es por eso que la labor del médico como encargado de procurar la salud de la población se vuelve más laboriosa, ya que no debe solo fijar su atención en las enfermedades que pretende curar, sino también al contexto que tienen y no solo confiar en la técnica y conocimiento que lo envuelve, debe llegar al origen de la enfermedad, dejando de ver a la población solamente como un conjunto de enfermedades,  y apreciar las áreas psicológica, social y económica también, estableciendo una relación con su paciente reflexiva y de entendimiento mutuo, para obtener un diagnóstico preciso  y por consecuente tener una población saludable. 
El modelo biomédico aplicado en nuestro tiempo resulta insuficiente, al ser basado en conocimientos científicos y teniendo como único responsable de la salud a los profesionistas, ignorando que el cuerpo y la mente funcionan en conjunto, por lo que la enfermedad no solo puede verse como algo fisiológico, en virtud de que en el paciente se encuentran emociones como la ansiedad, angustia, tristeza, irritabilidad, etc., que funcionan en el organismo como una totalidad, y no es posible curar solamente parte de esta. 
Por el contrario el modelo bio-psicosocial aporta un panorama más amplio, donde la interacción, el desarrollo y la empatía, son bases para que el médico comprenda que el bienestar no es solo físico, y que hay muchos otros factores que pueden alterarlo. El médico debe tener dentro de sus conocimientos, como instrumento útil, el aspecto psicológico y el funcionamiento de su grupo humano, con el fin de unir los conocimientos científicos y ver a los hombres en realidad como personas integradas en sus aspectos físico, psicológico y social, para brindar mayor calidad en el cuidado de su salud, teniendo siempre en cuenta si puede ser de utilidad canalizarlos con una profesional capacitado. Teniendo en cuenta ante todo al hombre como una totalidad (alma y cuerpo/salud y enfermedad).

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