La psicología médica aporta herramientas importantes,
sobre todo en la atención primaria de la salud. Al ser una rama de la
psicología aplicada rescata valores que en algún momento se perdieron,
como la compresión del estado psicológico del paciente, teniendo bases humanas
y biológicas, proponiendo tomar en cuenta circunstancias psicosociales
cotidianas que puedan afectarlos, ayudándolos obteniendo su confianza
mediante una buena atención, consejo y sin ignorar que posiblemente necesiten
apoyo psicológico como parte de un tratamiento que se ajuste a sus
verdaderas necesidades. Aportando al médico un panorama amplio sobre las causas
y formas en las que se produce un padecimiento y una herramienta para
proporcionar alivio y transmitir seguridad.
Estamos en un mundo cambiante, es por eso que la labor
del médico como encargado de procurar la salud de la población se vuelve
más laboriosa, ya que no debe solo fijar su atención en las enfermedades
que pretende curar, sino también al contexto que tienen y no solo confiar en la
técnica y conocimiento que lo envuelve, debe llegar
al origen de la enfermedad, dejando de ver a la población
solamente como un conjunto de enfermedades, y apreciar las
áreas psicológica, social y económica también, estableciendo una relación
con su paciente reflexiva y de entendimiento mutuo, para obtener un diagnóstico
preciso y por consecuente tener una
población saludable.
El modelo biomédico aplicado en nuestro tiempo resulta
insuficiente, al ser basado en conocimientos científicos y teniendo como único
responsable de la salud a los profesionistas, ignorando que el cuerpo y la
mente funcionan en conjunto, por lo que la enfermedad no solo puede verse
como algo fisiológico, en virtud de que en el paciente se encuentran emociones
como la ansiedad, angustia, tristeza, irritabilidad, etc., que funcionan en el
organismo como una totalidad, y no es posible curar solamente parte
de esta.
Por el contrario el modelo bio-psicosocial aporta un panorama más amplio,
donde la interacción, el desarrollo y la empatía,
son bases para que el médico comprenda que el bienestar no es solo físico,
y que hay muchos otros factores que pueden alterarlo. El médico debe tener
dentro de sus conocimientos, como instrumento útil, el aspecto psicológico
y el funcionamiento de su grupo humano, con el fin de unir los
conocimientos científicos y ver a los hombres en realidad como personas
integradas en sus aspectos físico, psicológico y social, para brindar mayor
calidad en el cuidado de su salud, teniendo siempre en cuenta si puede ser
de utilidad canalizarlos con una profesional capacitado. Teniendo en cuenta
ante todo al hombre como una totalidad (alma y cuerpo/salud y enfermedad).
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