La adolescencia es marcada por no ser niño, ni adulto, se
inicia con la pubertad; aquí se reafirman los rasgos adquiridos en la niñez,
marcado por los cambios cognitivos, éticos y primordialmente sexuales, cuidando
la no apresuración de estadios o aplazamientos, ya que todo tiene un tiempo y
esta ahí por de terminadas razones. El no vivir todas estas etapas
correctamente, crea una personalidad frágil y trastornos.
La identidad es alterada por los cambios de la etapa,
llegando a ser insuficiente para cubrir los aspectos necesarios para autocomplacerse,
los adolescentes salen en búsqueda de lo que en realidad son, cuestionando todo
lo se les ha dicho hasta el momento, teniendo siempre en mente ¿qué quiero en
realidad? No es un proceso sencillo y corto, se tienen por un lado los cambios
biológicos y por otro una maraña de sentimientos y emociones que pueden terminar
en comportamientos violentos o de oposición a las normas sociales. Es un
periodo difícil donde la mejor ayuda es encontrarse con quien esté pasando por
lo misma situación de ahí que las primeras experiencias sexuales no buscan la satisfacción
física, sino más bien el poder compartir experiencias y estar acompañados de
alguien que en verdad entienda.
Sin embargo la búsqueda de la identidad no es el único problema
que se presenta en la etapa, también se presentan factores biológicos y
sociales que nos impulsan a separarnos de los padres y buscar la autonomía, que
conlleva a pensar en ¿qué es a lo que quiero dedicar mi vida?, al igual que en
la búsqueda de la identidad cualquier intento de ayuda significara para el
adolescente una intromisión a su intimidad.
La separación de los padres al igual que en la niñez
(madre-hijo) tendrá que ser gradual y por tanto conflictiva generalmente por
querer hacer, sentir, experimentar todo lo habido y por haber en la tierra, que
se acompaña por limitaciones de parte de los padres, que es apreciado por el
adolescente como un intento de truncar sus sueños. Generalmente la separación del padre es más
sencilla en comparación con la madre, cosa que puede variar según el grado de
afectividad y ternura en las relaciones interfamiliares.
El desarrollo de la autonomía se puede relacionar con el
de la sexualidad teniendo en cuenta que ambos producen temor al fracaso y al
rechazo, de manera que al llevarlos a cabo de una manera inadecuada, conducen
al sentimiento de culpa (al no verse realizados) y la vergüenza que esto
amerita para la sociedad.
La sexualidad es un tormento para la mayoría de los adolescentes
teniendo en cuenta vergüenza que representar hablar con familiares del tema, por
lo que se recurre a las amistades que pueden mal informar e intranquilizar aun
más; la angustia llega al no sentirse atractivo o incapaz de realizar ciertas
acciones sumándole la presión de grupos sociales a realizar determinado acto,
pero sin duda las primeras relaciones íntimas dejan un huella que difícilmente podrá
borrarse, de ahí su importancia. Al vivir en una sociedad donde el machismo aun
domina, el que un varón presente un poco de ternura muchas veces lleva al
rechazo y discriminación, limitante muchas veces de la personalidad.
La gran inestabilidad formada por todos los sentimientos
de esta etapa, sumados a la poco atención en casa y al sentimiento de rechazo
de la sociedad, suelen llegar a ser muy peligrosos, tanto para la sociedad como
para el adolescente, el cual puede caer en las drogas, alcoholismo y otras
adicciones (incluso atentar contra su vida) para llenar el vacío que sienten y
calmar su dolor, el sentimiento de inferioridad que brindan las experiencias de
esos sentimientos, prepararan el terreno para un delincuente en potencia, el
cual al entrar en una pandilla busca levantar su autoestima, que da el respeto
de realizar actos de crueldad.
La sociedad debe actuar e incursar por medio de
actividades como el deporte o las artes a estos jóvenes, que suelen ser
originarios de barrios populares y no darles el mismo rechazo que posiblemente
han sufrido a lo largo de su vida.
Una persona madura ya se ha enfrentado y ha salido victoriosa
de muchos procesos, se podría pensar que con los años la madurez llega,
tristemente esto no es verdad, no es algo que llegue por si solo, es algo que
se va construyendo y que se debe mejorar continuamente; resumido quien no vive para servir, no sirve para vivir.
Con esta mentalidad se está listo para la procreación que tendrá un impacto
mayor en la mujer, siendo la maternidad un punto de expansión su personalidad,
representando un cambio considerable en su vida. Por otro lado la paternidad al
hombre no le suele causar el mismo efecto que la maternidad en la mujer, siendo
el factor material motivo más grande de realización y desarrollo su
personalidad.
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