La personalidad es la mezcla organizada de factores tanto biológicos y
sociales, que opera como una totalidad (espíritu-individuo) cuya trascendencia
va a ser fundamental en la existencia, todos nacemos con ella y la vamos
moldeando hasta concretar una identidad, forma de ser, sentir y pensar únicas. Los
rasgos van a establecer la forma de responder ante determinadas situaciones,
dando una consistencia a nuestro comportamiento a lo largo de toda la vida, pudiéndose
cambiar la conducta, pero no así la personalidad. Esta se moldea teniendo como
base los rasgos obtenidos de la herencia, influenciados por el desarrollo del
organismo, el aprendizaje en respuesta a estímulos
Se considera la existencia
de tres tipos de rasgos: aquellos que se muestran invariablemente en nuestra
conducta (cardinales), los rasgos con los que la gente nos identifica
(centrales) y los que mostramos únicamente en situaciones determinadas
(secundarios).
Pero los rasgos no son los únicos
que integran a la personalidad, el temperamento es la parte entre instinto y lo
afectivo que van a modelar al carácter el cual es más libre y se relaciona con
la voluntad y el intelecto, por lo que este si es responsabilidad nuestra
directamente y el temperamento al tener principios bilógicos es menos “controlable”.
Existen varios modelos y
clasificaciones que desde hace muchos años han tratado de estudiar a la
personalidad, Hipócrates relaciono los humores (sangre, bilis, atrabilis y
pituita) con los cuatro elementos distinguiendo por lo tanto cuatro
temperamentos (sanguíneo; las personas “sanas”, colérico; aquellas dominadas
por la fuerza y la necesidad de expresarla, melancólico; dominado por sus
preocupaciones y flemático; quienes no muestra interés por nada).
Jung basado en la relación
de las personas y el mundo exterior, postulo dos disposiciones la extravertida
e introvertida, atribuyéndose a la primera rasgos de sociabilidad, impulsividad,
actividad y excitabilidad y al segundo todo lo contrario.
Kretschmer relaciono las características
físicas con los temperamentos, asignando conductas por el tipo de complexión física.
En relación con el carácter Spranger
hizo una clasificación de acuerdo a los valores predominantes en las personas,
describiendo al ser humano como teórico, económico, estético, social, político
o religioso; inclinado hacia lo cognoscitivo y la verdad, la utilidad y su
consecuencia redituable, estudiar la belleza y la forma de autocomplacencia, guiados
por el amor viviendo a través de otros, la imposición de su voluntad, buscando
y relacionando todo a la divinidad correspondientemente.
Freud-Abraham hablan acerca
de lo psicosexual y como en las etapas de la infancia el complacer estos
impulsos dotara a las personas de actitudes positivas o negativas, según el
grado de complacencia; estos don el carácter oral (succionar), anal (limpieza
del excremento), genital (experimentación).
Se marca a las tendencias
como fuerzas que rigen a la personalidad y son los instintos, las necesidades y
las pulsiones, que van a constituir la conducta, a restablecer el equilibrio
del orgánico y la motivación para el logro de metas, donde las presiones se
relacionaran con la frustración o satisfacción de necesidades.
Ya que lo anterior va a
mantener el equilibrio orgánico, los mecanismos de defensa son los que se
encargaran del equilibrio mental, los cuales crean una realidad alternativa
para sobrellevar situaciones y así favorecer la adaptación; pero no todos son
normal existen los patológicos y los desadaptativos.
Lo que nos lleva a los trastornos
de la personalidad los cuales son los niveles extremos de los rasgos normales
produciendo sufrimiento a las personas que los poseen e incluso a terceros como
los antisociales y los autodestructivos, pero no todo esto es malo existen
algunos trastornos que permiten el desarrollo como la esquizoide que en control
produce grandes manifestaciones creativas.
Visto lo anterior podemos
observar la gran gama de factores que influyen y convergen dentro de una
persona, por lo que no es de extrañar que no existan dos personalidades iguales
en el mundo, e incluso en la misma persona a lo largo de toda la vida ocurren
cambios la duración de estos ya es más subjetiva.
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